Cualquier persona con esta afección en las articulaciones percibe que los ejercicios en el agua para la artritis alivian el dolor y aumentan su flexibilidad. Muchos estudios han confirmado esta intuición. En uno de ellos, se dividió en 2 a un grupo de 120 personas con artritis en distintos grados. El primer grupo participó de caminatas y ejercicios anaeróbicos combinados durante 3 meses. El segundo grupo tuvo sesiones de ejercicios en el agua de una piscina durante el mismo período.
El grupo que ejercitó en el agua mostró una mejora significativa en cuanto a la disminución del dolor articular, la ansiedad, la depresión y percibieron que habían mejorado su salud. No ocurrió lo mismo con el grupo de las caminatas, que aunque había mejorado algo su flexibilidad, no sentían que hubiera habido mucho cambio.
La Clínica Mayo recomienda todo tipo de ejercicios para los pacientes con artritis, porque fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones es fundamental para que la zona afectada por la artritis no deba soportar todo el trabajo del movimiento. Incluso la falta de ejercicio puede hacer que las articulaciones duelan más y se pongan más rígidas.
¿Por qué son buenos los ejercicios en el agua para la artritis?
Cuando nos sumergimos en el agua, debido al principio de Arquímedes, pesamos 10 veces menos, de hecho cuanto más volumen ocupamos, ¡más livianos somos en el agua! En realidad no pesamos menos, es la fuerza del agua la que nos hace parecer menos pesados.
Por otro lado, cuando nos movemos dentro del agua, ésta nos ofrece cierta resistencia, mucha más que el aire. Por lo tanto resulta que mover una articulación en el agua requiere hacer fuerza pero es mucho más fácil hacerla porque ahora somos livianos.
El tercer factor es la temperatura del agua. Las personas con artritis tienden a ser menos activas debido al dolor y la incomodidad. Pero en agua tibia, los músculos están más relajados y por lo tanto son más flexibles para el estiramiento, lo que provoca que el movimiento se vuelva placentero, ya que no produce dolor.
Estos factores determinan que los ejercicios en el agua para la artritis sean mucho más efectivos que una caminata o en un gimnasio y que se perciban como beneficiosos porque la actividad acuática resulta también muy placentera.
El fortalecimiento de los músculos alrededor de la articulación es el beneficio más importante obtenido en los ejercicios en el agua para la artritis. Esa fuerza obtenida disminuye el impacto que debe soportar la articulación.
¿Qué tipos de ejercicios en el agua para la artritis son efectivos?
Cuando se vive con artritis, se debe prestar más atención a cada movimiento. Los fisioterapeutas recomiendan que:
– Siempre pregúntele primero a su médico si puede ejercitarse en el agua. Si tiene artritis en el cuello es posible que le indique ejercicios especiales de rotación.
– Comience a ejercitar en el agua con movimientos en pequeños ángulos, de poca exigencia para cada articulación. El paciente percibirá si le duele o no y si se puede mover de forma más amplia.
– En la zona menos profunda de la piscina, deberá hacer menos fuerza para mover las articulaciones sumergidas. Mientras más profunda sea el agua, más exigente y más eficaz será el movimiento.
– Ayudarse con un flotador permite concentrarse en el movimiento correcto de la articulación y no en mantenerse a flote.
Ejemplos de ejercicios:
1- Giro de la pierna delantera: párese con el borde de la piscina a nivel del pecho, sosteniéndose con una mano. Sostenga el talón de la pierna opuesta con un flotador y dé un gran paso adelante, como un caballo tirando una patada, pero no se mueva de su lugar. Repita 10 veces con cada pierna.
2- Patada lateral: en la misma posición estire la pierna sin flexionar hacia el costado, de modo que trabaje la articulación de la cadera. Aleje y acerque la pierna hacia el centro 10 veces y repita con la otra pierna.
3- Andar en bici: en una zona algo más profunda, siéntese a horcajadas en flotador. Mueva las piernas como andando en bicicleta mientras mueve los brazos para girar sobre sí mismo. Haga 2 o 4 vueltas y luego invierta el sentido.
Fuentes:
_ Arthritis & Rheumatology Journal
_ Clínica Mayo
