Con el paso de los años y el deterioro de la salud en distintos niveles, el riesgo de sufrir de osteoporosis aumenta exponencialmente. Esta enfermedad afecta el sistema óseo al hacer los huesos más delgados y frágiles, exponiendo a quien la sufre a fracturas irreparables.
Como la osteoporosis se limita a reducir la densidad de los huesos, para el paciente es difícil darse cuenta de que tiene la enfermedad sino hasta que sufre un incidente y se fractura un hueso. Junto con la pérdida de densidad, los huesos de quien sufre de osteoporosis evidencian una elevada porosidad, similar a una esponja.
En personas sanas, el hueso representa tejido vivo que está continuamente regenerándose. Cuando aparece la osteoporosis, se pierde esta habilidad natural, dejando a la estructura ósea desprotegida.
 

La osteoporosis: síntomas

Las primeras etapas de osteoporosis difícilmente evidencian la enfermedad a través de síntomas. Si la persona no sufre ninguna fractura durante el desarrollo temprano, probablemente no detecte nada fuera de lo común.
Sin embargo, cuando la enfermedad empeora, el paciente lo puede notar. Los síntomas son muy variados y su intensidad es determinada por la edad y la etapa de la enfermedad. Entre los principales síntomas tenemos:

  • Dolor de espalda por daño de las vértebras, mala postura involuntaria (con la cabeza y cuello caídos), pérdida progresiva de la altura.

 

La osteoporosis: causas y factores de riesgo

La medicina no contempla causas bien definidas para el desarrollo de la osteoporosis. En su lugar, se conocen diversos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de su aparición. Si el paciente ha llevado un estilo de vida desconectado al riesgo de la osteoporosis, esto se puede juntar con la edad y desarrollar casi con toda seguridad la enfermedad.
En cuanto a los principales factores de riesgo para la osteoporosis, tenemos:
– Sexo: las mujeres son mucho más propensas a sufrir de osteoporosis. Esto se debe a que los niveles de estrógeno, la hormona femenina que juega un rol fundamental en el sistema óseo, bajan dramáticamente durante la menopausia. Asimismo, las mujeres tienen huesos más delgados que los hombres.
– Edad: con los años, el riesgo aumenta mientras el cuerpo pierde la capacidad de regenerar los tejidos óseos.
– Contextura: las personas que han sido delgadas durante la mayor parte de su vida, especialmente durante la adolescencia, poseen un mayor riesgo.
– Niveles bajos de hormonas sexuales: tanto los niveles bajos de estrógeno en la mujer como de testosterona en el hombre, inciden de forma importante en el riesgo de sufrir de osteoporosis.
– Deficiencia de calcio: el sistema óseo depende de un suministro apropiado de calcio para regenerar los tejidos y mantener una densidad sana.
– Medicamentos: algunos tratamientos basados en corticoesteroides y otros fármacos podrían reducir la capacidad del organismo para regenerar hueso.
– Sedentarismo: tener un estilo de vida sedentario, escaso en actividad física, aumenta el riesgo de osteoporosis.
– Consumo de alcohol y tabaco: mientras que los detalles no son claros, se ha evidenciado que el consumo de alcohol y tabaco reducen la fuerza de los huesos.
 

La osteoporosis: tratamiento

Lo ideal en un tratamiento de osteoporosis es conseguir que los huesos no continúen perdiendo densidad y fuerza, previniendo su fragilidad extrema en caso de accidentes. Esto quiere decir que no se tiene aún una cura para la enfermedad, sino una serie de medidas que contrarrestan sus síntomas.
– Medicamentos para detener la pérdida de densidad ósea: ahora mismo se emplean fármacos como Evista, Fosamax, Reclast y Calcimar para detener el proceso degenerativo y mantener un cierto nivel de fortaleza.
– Medicamentos que estimulan la formación de hueso: para beneficiar directamente el tejido óseo y tratar de reparar los daños causados, se suele utilizar Forteo y Prolia.
– Suplementos hormonales: de uso poco común, estrógeno y testosterona se suelen utilizar para desacelerar el desarrollo de la osteoporosis. Sin embargo, es arriesgado, pues supone una serie de efectos secundarios, especialmente si el paciente es de la tercera edad.
Como medidas de prevención, se debe mantener un estilo de vida activo, el cual permita a los huesos y articulaciones fortalecerse con el tiempo, en vez de suceder lo contrario. También es recomendable asegurar un suministro saludable de calcio, evitando deficiencias que puedan afectar el sistema óseo.
Fuentes:
Medlineplus.gov
Medicinenet.com
Mayoclinic.org

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