El trabajo de cuidadora familiar, cuidadora profesional o enfermera a domicilio puede ser, a veces, estresante. Cuidar de otra persona es una tremenda responsabilidad y un cuidado profesional requerirá de toda tu atención.
Compartir experiencias con otros profesionales y cuidadoras familiares nos puede dar una guía de buenas prácticas para sobrellevar las labores diarias. Aquí unos consejos para que el trabajo de cuidadora de enfermos o ancianos sea lo mejor posible y por supuesto, que cuide tu propia salud.
1- Toma tiempo para ti
Es fácil estresarse cuando estás cuidando a otra persona, ya sea un niño con necesidades especiales, un familiar con una enfermedad crónica o una persona mayor frágil. Tomar tiempo para ti mismo todos los días – incluso unos pocos minutos -, es una manera de ayudarte a recargar energías. Prueba el yoga antes del desayuno, sal a pasear durante 20 minutos, ve al cine o busca cualquier pasatiempo que te guste. Reducir tu estrés es muy importante y te hará una mejor cuidadora.
2- Conoce tus límites
No puedes proporcionar un buen cuidado si te sientes abrumada y estresada. Crea una lista de todas las tareas que necesitas hacer en una semana, incluyendo vestir y bañar al paciente o familiar, anota paseos, cocina y tareas domésticas. Anota toda idea que crees que el adulto mayor o persona enferma puede hacer por sí mismo. Aprende cuándo decir que no y establece límites para que puedas dar un cuidado profesional y cuides de ti misma.
3- Prepara una rutina
Una rutina diaria puede ser un salvavidas. Puede ayudarte a sentirte en control en lugar de estar estresado. Permite también manejar las expectativas que puede sentir el ser querido a quien cuidamos. Esto es especialmente bueno para las personas con demencia; proporciona una sensación de seguridad y les ayuda a mantener sus habilidades.
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4- Si eres un cuidador familiar: pide ayuda
Incluso unas pocas horas que necesites estar «fuera de servicio» puede ayudarte a recargar energías. Si eres familiar, arma una lista de familiares, amigos o vecinos para llamar cuando necesites un descanso. También el seguro quizás puede pagar por un profesional de cuidados a domicilio. Otra alternativa son los centros de cuidado diurno para adultos mayores, los cuales pueden darte un respiro mientras tu ser querido disfruta de alguna actividad social.
5- Duerme lo suficiente
La mayoría de los cuidadores que dicen que su propia salud ha empeorado lo han atribuido a la falta de sueño. Los ejercicios de relajación, como la respiración profunda, pueden ayudarte a la hora de dormir. Si la persona a cuidar duerme durante el día pero está despierta gran parte de la noche, trata de tomar siestas. Si eres familiar, en este caso puede que necesites contratar algún servicio profesional de cuidados nocturno.
6- Únete a algún grupo de apoyo
Nadie entiende mejor tu situación que otro cuidador. Si eres familiar, busca grupos de apoyo relacionados con la enfermedad de tu ser querido. Considera unirte a alguna comunidad en línea, donde puedes conectarte con otros, hacer preguntas, expresar frustraciones y compartir ideas.
7- Usa temporizadores y recordatorios
La tecnología puede ser tu mejor amiga. Compra cajas de pastillas que hagan sonar una alarma cuando llegue el momento de la siguiente dosis, o prueba una aplicación móvil o una alarma. Los organizadores de píldoras son una gran opción de baja tecnología. Ellos te permiten dividir la porción de medicamentos en pequeñas cajas por día, comida u hora.
8- Cuenta con un dispositivo de alerta de emergencia
Considera contar con un botón de «ayuda» para cuando no puedas estar allí. Se puede usar como un llavero o un collar. Algunos funcionan como un walkie-talkie, por lo que el usuario puede hablar con un operador de emergencia en cualquier momento. Algunos notificarán a un miembro de la familia, a tí o llamarán al 911, dependiendo de lo que quieran. Si bien estos artículos pueden ser pagados son muy útiles y beneficiosos para evitar incidentes graves.
9- Deja que los animales ayuden
Considera la posibilidad de traer un gato o perro bien entrenado para una visita. Pasar tiempo con un animal puede ser increíblemente calmante para las personas que están enfermas o confinadas en el hogar. Conoce los beneficios de tener un animal doméstico en el hogar.
10- Pon música
La música y el arte pueden despertar momentos divertidos y memorables en la persona que estás cuidando. La música familiar puede traer recuerdos y puede llevar a subir las palmas o incluso al baile. Los proyectos de arte deben ser simples y seguros, pero no demasiado parecidos a los de los niños. Escuchar música o trabajar en un proyecto de arte puede ser un gran calmante para el estrés tanto para tí como para quien cuidas.
11- Tratar de mejor forma el anochecer
Las personas con demencia pueden confundirse o agitarse por la noche. Planificar el anochecer puede ayudarles y reducir su estrés. Establece actividades temprano en el día, y sirve una comida temprano en la tarde. Consulta con un médico sobre cualquier problema físico o de sueño que pueda empeorar el problema.
12- Transforma el trabajo en un esfuerzo de equipo
Motiva regularmente «reuniones familiares» para discutir las últimas noticias médicas, las tareas de cuidado diario y si existen necesidades de apoyo. Hay que incluir a todos los que cuidan a al ser querido, tanto pagados como no pagados. Conecta a los miembros más distantes de la familia a través de un teléfono con altavoz o chat de video online. Al estar de acuerdo, todos podrán tener visibilidad y seguimiento del cuidado. Las personas se sentirán incluidas y parte del proceso de cuidados.
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Fuente: webmd