Tanto a las enfermeras como a los médicos, a veces les resulta difícil lidiar con los problemas que surgen en pacientes enfermos terminales. Después de hacer todo lo posible en cuidados paliativos y hacer que el día a día sea tan reconfortante como sea posible, la atmósfera emocional que se deriva de acercarse al fin de la vida a menudo puede ser difícil de entender.
Una buena enfermera debería ser todos y cada uno de estos puntos:
– Ayudante
– Profesora
– Promotora del bienestar de los pacientes
– Gerente de cambios rápidos
– Protectora del paciente
– Decidora moral y ética
– Organizadora del cuidado
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Sin embargo, hay dificultades especiales con que las enfermeras a domicilio y de cuidados paliativos tienen que lidiar. Aquí hay pautas para mitigar las presiones emocionales abrumadoras de enfermería en pacientes y personas con enfermedades terminales:
1- Permanezca fiel al profesionalismo: no hay que sentirse mal con cada corriente emocional que se impregna en el clima alrededor de una persona con enfermedad terminal. Para empezar, puede haber dimensiones étnicas o culturales con las que no esté familiarizado. Con las personas a su alrededor exhibiendo todos los estados emocionales posibles, todo el mundo – especialmente el paciente -, se beneficia más cuando se permanece con una actitud lógica y fiel a los estándares de enfermería profesional con foco en el bienestar de la persona.
2- Sea compasivo: debido a las limitaciones de tiempo, los médicos con frecuencia tienen que permanecer dentro del ámbito de la medicina técnica. Eso deja a las enfermeras de los enfermos terminales encarnando el papel clásico de un abogado compasivo.
Las enfermeras se convierten así en traductoras y comunicadoras de hechos y sentimientos. Traducen lo que indica el médico de una manera comprensible para los pacientes y sus familias. Las enfermeras toman el plan de cuidados del médico y lo convierten en un plan holístico que busca el bienestar del paciente en una multitud de maneras.
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4- Sea una guía realista: históricamente, es el médico quien tiene el deber de presentar las directivas acerca del fin de la vida con los pacientes y sus familias. Sin embargo, los estudios han demostrado que sólo un pequeño porcentaje de los pacientes discuten estas directrices anticipadamente con sus médicos. Corresponde, por lo tanto, a la auxiliar de enfermería y de cuidados paliativos proporcionar la orientación necesaria y abordar los conceptos erróneos que muchos pacientes terminales y sus familias traen consigo en este momento de emociones encontradas.
5- Familiarizarse con las etapas de duelo: las enfermeras con frecuencia no logran abrirse paso a través de las cinco etapas de duelo, que son la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. El hecho que las personas no siempre caen en un patrón preciso, a menudo vacilando entre una etapa y otra, o incluso quedándose atascadas en una etapa particular, puede ser confuso. Es una muy buena práctica para las enfermeras a domicilio llegar a conocer en profundidad las etapas de duelo para que puedan así guiar mejor a sus pacientes.
6- Es justo ser intuitivo: mientras que a las recién llegadas a las tradiciones de la enfermería se les enseña a adherirse a reglas, principios éticos clásicos y protocolos, aquellas con más experiencia son animadas a permitir que su intuición juegue un papel en la práctica de la enfermería en etapas terminales. Dos de estas manifestaciones de acción proactiva consisten en escuchar voluntariamente al paciente y su familia, y el compartir sus sentimientos y peticiones con el resto del equipo médico.
Tal vez más que nunca, el clima de los cuidados, las presiones presupuestarias y el sentido general de prisa podrían competir con la necesidad de mantener la atención de la enfermera en los deseos y el bienestar del cliente. Por lo tanto, es de vital importancia que las enfermeras con prácticas de cuidados paliativos estén a la altura de la ocasión y respeten las necesidades inherentes del paciente con enfermedad terminal. Depende de las propias enfermeras mantener comunicaciones abiertas con el enfermo y sus familias y considerar su historia, antecedentes educativos y otras peculiaridades ad hoc para asegurar que las barreras se eliminen y que la búsqueda del bienestar sea la prioridad.
Fuente: nursenextdoor